La lactancia materna es la forma más común y más fácil de alimentar a un bebé recién nacido. La leche materna es el alimento más natural para el bebé, ya que contiene todos los nutrientes que este necesita de forma exclusiva hasta los seis meses de edad (con la excepción de la vitamina D) y de forma paralela a la alimentación complementaria (hasta que la madre o el bebé así lo deseen), pero durante un mínimo de 2 años, según la Organización Mundial de la Salud –OMS-).
El alimento más nutritivo que puede consumir tu bebé es la leche materna.
Te compartimos ocho realidades acerca de la lactancia materna:
1. Es muy difícil al principio
Nadie debería mentirte: lactar no es nada fácil al inicio. La buena noticia es que si logras pasar esta etapa, la lactancia será una de las mejores cosas que te han pasado.
2. Ahorra dinero
La fórmula es muy cara, así que si lactas podrás aprovechar ese dinero para otras cosas.
3. Debes cuidarte mientras lactas
Sigue tomando vitaminas, toma mucha agua y come bien o tu bebé no recibirá lo que necesita. No olvides preguntar a tu médico antes de tomar cualquier tipo de medicamento.
4. Puede ser muy conveniente
Olvídate de “se me olvidó la mamila” o “se me acabó la fórmula” o “no tengo dónde calentar la leche”. Tampoco tienes que lavar o esterilizar nada. Tú concentras toda la alimentación de tu bebé, lo cual es muy cómodo. También hace mucho más fácil viajar.
5. La leche materna es realmente saludable
Los anticuerpos que tiene no se pueden reproducir. “Está comprobado que los niños que la toman tienen menos infecciones de oído, menos sinusitis y menos gripes”, dice Jim Sears, coautor de The Baby Book. Además, sufren menos de estreñimiento y tienen menor posibilidad de alergias en el futuro.
6. También es buena para la mamá
Se cree que en el largo plazo puede prevenir cáncer de ovario y seno. Además, quema calorías y la conexión que te da con tu hijo genera un enorme bienestar emocional.
7. Es posible combinar
Sí puedes mezclar tomas de fórmula con tomas de leche maternal, o incluso puedes hacer ambas cosas en la misma toma. Si no puedes lactar todo el tiempo, hacerlo algunas veces sí es posible y bueno.
8. Está bien si te sacas la leche
Si por tu ritmo de vida o cualquier otro motivo decides sacarte la leche y se la das en mamila, tu hijo igual se beneficiará de las maravillas de la leche materna. Así que no te sientas mal si tienes que hacerlo así.
La lactancia materna es, sin embargo, mucho más que solo alimento para tu bebé. Estar en tus brazos y en contacto directo con tu cuerpo es una manera satisfacer también otras de sus necesidades básicas: le proporciona cercanía y seguridad y favorece la creación del vínculo entre tú, como madre, y él o ella, como bebé.
Lactancia materna
La lactancia materna es la forma más común y más fácil de alimentar a un bebé recién nacido. La leche materna es el alimento más natural para el bebé, ya que contiene todos los nutrientes que este necesita de forma exclusiva hasta los seis meses de edad (con la excepción de la vitamina D) y de forma paralela a la alimentación complementaria (hasta que la madre o el bebé así lo deseen), pero durante un mínimo de 2 años, según la Organización Mundial de la Salud –OMS-).
El alimento más nutritivo que puede consumir tu bebé es la leche materna.
Te compartimos ocho realidades acerca de la lactancia materna:
1. Es muy difícil al principio
Nadie debería mentirte: lactar no es nada fácil al inicio. La buena noticia es que si logras pasar esta etapa, la lactancia será una de las mejores cosas que te han pasado.
2. Ahorra dinero
La fórmula es muy cara, así que si lactas podrás aprovechar ese dinero para otras cosas.
3. Debes cuidarte mientras lactas
Sigue tomando vitaminas, toma mucha agua y come bien o tu bebé no recibirá lo que necesita. No olvides preguntar a tu médico antes de tomar cualquier tipo de medicamento.
4. Puede ser muy conveniente
Olvídate de “se me olvidó la mamila” o “se me acabó la fórmula” o “no tengo dónde calentar la leche”. Tampoco tienes que lavar o esterilizar nada. Tú concentras toda la alimentación de tu bebé, lo cual es muy cómodo. También hace mucho más fácil viajar.
5. La leche materna es realmente saludable
Los anticuerpos que tiene no se pueden reproducir. “Está comprobado que los niños que la toman tienen menos infecciones de oído, menos sinusitis y menos gripes”, dice Jim Sears, coautor de The Baby Book. Además, sufren menos de estreñimiento y tienen menor posibilidad de alergias en el futuro.
6. También es buena para la mamá
Se cree que en el largo plazo puede prevenir cáncer de ovario y seno. Además, quema calorías y la conexión que te da con tu hijo genera un enorme bienestar emocional.
7. Es posible combinar
Sí puedes mezclar tomas de fórmula con tomas de leche maternal, o incluso puedes hacer ambas cosas en la misma toma. Si no puedes lactar todo el tiempo, hacerlo algunas veces sí es posible y bueno.
8. Está bien si te sacas la leche
Si por tu ritmo de vida o cualquier otro motivo decides sacarte la leche y se la das en mamila, tu hijo igual se beneficiará de las maravillas de la leche materna. Así que no te sientas mal si tienes que hacerlo así.
La lactancia materna es, sin embargo, mucho más que solo alimento para tu bebé. Estar en tus brazos y en contacto directo con tu cuerpo es una manera satisfacer también otras de sus necesidades básicas: le proporciona cercanía y seguridad y favorece la creación del vínculo entre tú, como madre, y él o ella, como bebé.